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México: cómo funciona el sistema de salud y cuáles son los desafíos de la salud pública mexicana

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Leticia Maia

Al igual que en Argentina, Colombia y Chile, la prestación de servicios de salud en México no es sencilla. Es un sistema fragmentado y complejo, compuesto por varios actores públicos y privados. Esto significa que los mexicanos, al igual que los demás mencionados, se enfrentan a problemas de infraestructura, largas filas de espera y la calidad en general.

Según un informe de 2022 de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), México es el país miembro con la cobertura de salud más baja. En la práctica, esto significa que de cada 10 ciudadanos, 3 no tienen derecho a los servicios de salud. En otras palabras, solo el 72% de la población tiene acceso a los servicios médicos, una tasa inferior a la de otros países como Chile y Costa Rica, que, respectivamente, tienen al 77% y al 86% de la población incluida en la cobertura de salud.

Esto se debe a que el sistema de salud mexicano se basa en tres pilares principales: la seguridad social, el seguro popular y los servicios privados. Dentro de la «seguridad social», también hay otras dos divisiones: el IMSS (Instituto Mexicano del Seguro Social) y el ISSSTE (Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado).

El IMSS atiende a los trabajadores formales y sus familias, que representan alrededor del 44,5% de la población. Mientras tanto, el ISSSTE está diseñado para atender a los servidores públicos, y a sus familias, que representan el 10,6% de los ciudadanos.

Para quienes no están afiliados a instituciones de seguridad social, existe el «Seguro Popular», un programa gubernamental que atiende a alrededor del 40% de los mexicanos. Luego está la salud privada, que funciona como un complemento para quienes pertenecen al sistema público o como cobertura principal para quienes no cumplen con los otros planes. En la actualidad, alrededor del 11% de la población se beneficia del sistema privado.

La historia del sistema de salud mexicano

Em 1917, el gobierno mexicano insertó en la constitución los primeros artículos que garantizaban la protección de la salud de los trabajadores. Sin embargo, fue solo en 1943 que se creó la Secretaría de Salubridad y Asistencia (SSA), ahora el Departamento de Salud. Ese mismo año, también se creó el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), con el objetivo de brindar servicios de salud y seguridad social a los trabajadores del sector formal y a sus familias.

Ya está en 1959, se creó el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE) para atender únicamente a los empleados públicos federales y sus dependientes.

Em 1973, se modificó la Ley del Seguro Social, lo que permitió ampliar la audiencia atendida por el IMSS. De esta manera, la población que vive en la pobreza extrema también comenzó a disfrutar de los servicios de la institución; esta sucursal del IMSS ha recibido varios nombres, como IMSS-Solidarity, IMSS-Oportunidades, IMSS-Prospera y ahora IMSS-Bienestar.

Entre los años 1980 y 1990, México se sometió a varias reformas económicas y estructurales que también terminaron afectando al sector de la salud. Aun así, se ampliaron la cobertura de salud y las instituciones de salud.

Otro hito importante tuvo lugar en 2003, con la llegada del Seguro Popular, que tenía servicios de salud baratos o gratuitos.

Servicios de salud gratuitos en México

A finales de 2019, el presidente Andrés Manuel López Obrador inauguró el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), cuyo propósito era ofrecer servicios de salud gratuitos e integrales a todas las personas del país. El proyecto del INSABI también preveía que reemplazaría al Seguro Popular, que a pesar de ser más barato, aún exige pagos regulares por usufructo.

Sin embargo, la llegada de la pandemia de covid-19 afectó el debut del INSABI, lo que llevó al sistema a presentar los mismos problemas que el Seguro Popular, como la falta de medicamentos y la insuficiencia de consultas, además de no poder satisfacer las demandas de los mexicanos de la tercera edad, que no están afiliados a los institutos de seguridad social.

Así, en 2023, los aliados y opositores del gobierno acordaron la extinción del INSABI. Así, la estructura del INSABI, que pasó a ser una rama del IMSS, que además de atender a más del 40% de la población, tiene sus propias unidades de salud.

Al transformarse en «IMSS-Bienestar», los recursos se asignarán a la misma institución, pero permitirán que quienes no estén afiliados a las instituciones de seguridad social disfruten de los servicios de forma gratuita. En general, las personas no afiliadas son personas que tienen un empleo informal.

Hasta el año pasado, las más de 3,900 unidades del IMSS-Bienestar estaban presentes en 19 de las 32 unidades federales del país, atendiendo a alrededor de 11,6 millones de personas. Para 2024, el final de la transición de recursos prevé que 23 estados transfieran sus recursos al IMSS-Bienestar.

Panorama general de la salud de los mexicanos

Según el informe de 2017 «Salud en las Américas+» de la Organización Panamericana de la Salud, México registró mejoras sistemáticas en los indicadores de salud y desarrollo humano a lo largo de 1990 y 2015, alcanzando 0.756 en 2013 y 0.779 en la actualidad.

La esperanza de vida oscila entre 72 y 78 años y es mayor entre las mujeres que entre los hombres. Como en la mayoría de los países, la tendencia también es hacia una población cada vez más envejecida.

Lo que afectará la calidad y la longevidad de estas vidas son principalmente las enfermedades crónicas no transmisibles (ENT), como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, las enfermedades respiratorias crónicas y el cáncer. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2020, los DCNT fueron responsables del 71,2% de las muertes en el país.

Dentro de este tema, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 15.3 millones de mexicanos adultos tienen diabetes mellitus, lo que representa el 14.3% de la población adulta. La enfermedad es la principal causa de muerte entre las mujeres y la segunda entre los hombres en México.

Paralelamente, las enfermedades cardiovasculares, como los ataques cardíacos y los accidentes cerebrovasculares, causaron el 21,1% de las muertes en México en 2020. En el mismo año, otro 10,2% de las muertes estuvieron asociadas a enfermedades respiratorias crónicas, causadas principalmente por el tabaquismo y la contaminación del aire, como se indica en el informe «Las enfermedades respiratorias en el mundo», de Unidos por la Salud Pulmonar.

La tercera causa principal de muerte en México es el cáncer. La OMS estima que al menos el 9,4% de las personas murieron en 2020 a causa de la enfermedad. En el país, los cánceres de pulmón, mama, cuello uterino y próstata son más comunes.

Problemas x soluciones

Al igual que en otros países de América Latina, el financiamiento del sistema de salud no es suficiente en México. Sin embargo, las discusiones sobre el tema también indican que la descentralización perjudica la distribución de los recursos.

Junto con esto, también señalan la necesidad de mejorar la infraestructura de las unidades de Atención Primaria de Salud (APS), lo que incluye la modernización de los equipos y los sistemas de información. Todo esto también requiere más unidades de servicio y una mejor formación profesional.

Con respecto al financiamiento, los mexicanos discuten el aumento de las inversiones en salud por parte del sistema público y privado. Dentro de este tema, también se debate la recaudación de impuestos progresivos para financiar el sistema.

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